¿Nuestras células “oyen”? lo que revela la ciencia sobre el sonido en el cuerpo

Un nuevo estudio de la Universidad de Kyoto reveló que las células del cuerpo responden a frecuencias sonoras, abriendo una nueva frontera científica sobre cómo el sonido puede influir en la salud y el bienestar humano.

Un nuevo estudio científico publicado por la Universidad de Kyoto acaba de confirmar algo que podría cambiar nuestra comprensión del organismo, las células realmente pueden “oír” el sonido. Durante décadas, la idea de que el cuerpo humano “responde a las vibraciones” fue relegada al terreno de la espiritualidad o las terapias alternativas.

Esta revelación no solo abre una puerta fascinante a la llamada sonobiología, sino que también plantea interrogantes sobre el poder del sonido en procesos como la regeneración, la relajación o la sanación. De la música terapéutica al canto de los mantras, de las terapias con delfines a la meditación sonora, la humanidad ha utilizado el sonido como medicina ancestral. Hoy, la ciencia empieza a explicar por qué.

células que escuchan el sonido
La sonoterapia se ha popularizado en los últimos años en la generación Z.

¿Células que oyen? El estudio que encendió el debate

Un consorcio de Japón (Kyoto University y colegas) mostró que el sonido audible puede modular la actividad genética y el destino celular en cultivo. Al “serenatear” células con tonos controlados, detectaron cambios en genes mecanosensibles, en la morfología y en modelos de preadipocitos.

Asimismo, una supresión de la diferenciación hacia células grasas (vía adhesiones focales y mecanotransducción). El trabajo, revisado por pares, se publicó en Communications Biology y cuenta con nota institucional de la institución.

¿Existe evidencia previa? El nacimiento de la “sonobiología”

No partimos de cero. Desde 2018 ya se reportaban alteraciones de genes mecanosensibles tras estímulos audibles en cultivo, y en los últimos años despegaron técnicas de microacústica. Un ejemplo de esto es el surface acoustic waves que modula el crecimiento y migración celular sin contacto.

En conjunto, estos hallazgos consolidan la idea de que las células responden a vibraciones mecánicas (sonido) a través de canales y citoesqueleto. Lo rigoroso de esta investigación es que hablamos de células en laboratorio. El paso a beneficios clínicos en humanos todavía requiere ensayos sólidos.

¿Cómo podrían beneficiarnos estas “frecuencias”?

Regeneración y metabolismo: si la vía de adhesiones focales/gene expression se confirma en tejidos, podrían optimizarse protocolos de reparación (p. ej., músculo) o modular tejido adiposo como coadyuvante metabólico. Hoy es promesa preclínica.

Medicina física no invasiva: plataformas acústicas ya estimulan células y dirigen su movimiento; se explora ingeniería tisular y liberación de fármacos.

Neurorehabilitación y bienestar: fuera del plato de Petri, la música/sonido lleva décadas como intervención adjunta. La musicoterapia muestra beneficios moderados en ansiedad, ánimo y rehabilitación neurológica (ACV, Parkinson), según revisiones Cochrane y literatura especializada.

células que escuchan el sonido
La mayoría de los programas de delfinoterapia están enfocados en niños con trastornos del desarrollo o discapacidades neurológicas, especialmente en edades entre 3 y 12 años.

Prácticas que ya usan el sonido y qué dice la ciencia

  • Yoga, mantra y “OM”: ensayos y revisiones muestran incrementos de variabilidad de la frecuencia cardiaca (HRV) y marcadores con canto/respiración lenta; útil para estrés y regulación autonómica. El mecanismo sería más neurovegetativo (vía respiración/vago) que celular directo.
  • Binaural beats / estimulación auditiva: evidencia mixta; algunas revisiones encuentran reducciones modestas de ansiedad frente a controles, pero con heterogeneidad y necesidad de mejores ensayos.
  • Terapias con delfines (niños con TEA u otras condiciones): no es intervención “basada en evidencia” según revisiones críticas; faltan controles rigurosos y los efectos no superan placebos activos. Aunque representa una ayuda alternativa nunca se realiza en reemplazo de terapias validadas.

Recomendaciones prácticas con evidencia

Respiración + sonido: prueba 5–10 minutos de canto/entonación (yoga/OM) con respiración lenta, después monitoriza cómo mejora tu calma (HRV).

Musicoterapia de apoyo: en rehabilitación neurológica y salud mental, integra sesiones con profesionales acreditados; los metaanálisis muestran beneficios en ansiedad, ánimo y algunos dominios motores/cognitivos.

Escepticismo informado: evita protocolos que invoquen “frecuencias milagro” sin publicaciones serias o que prometan sustituir tratamientos médicos.

La frase “las células oyen” ya no es solo metáfora, la respuesta celular al estímulo mecánico acústico está aterrizando en revistas de alto perfil. Pero entre modular genes en cultivo y curar enfermedades hay un trayecto que pasa por ensayos clínicos rigurosos.

Mientras ese puente se consolida, el uso sensato de sonido y respiración (desde el yoga a la musicoterapia) ofrece beneficios medibles para el sistema nervioso y la calidad de vida, sin perder el rigor de la evidencia.

Itzel Nahomi
Itzel Nahomi
La medicina me enseñó que la salud no se limita a un diagnóstico: es la suma de lo que pensamos, sentimos y hacemos cada día. Mi vocación es traducir el conocimiento médico en palabras claras y prácticas que nos ayuden a cuidar cuerpo, mente y emociones. Creo en una medicina cercana, humana y con propósito.

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