La influenza A(H3N2) no es nueva, lleva décadas circulando como parte de la gripe estacional. Lo que la volvió noticia en 2025 no es “un virus desconocido”, sino la expansión de una variante genética reciente, conocida en reportes como subclade K, (antes J.2.4.1).
Asociada a temporadas más tempranas, más intensas y a una menor coincidencia con algunas formulaciones vacunales, aunque la vacuna sigue ayudando especialmente a prevenir hospitalización y cuadros graves.
A continuación, exploramos dónde se detectó primero, cómo se ha propagado, en cuántos países se ha identificado, por qué es importante controlarla y qué recomienda la medicina para la ciudadanía.
¿Qué es H3N2 y por qué el “subclade K” cambió el radar?
H3N2 es un subtipo del virus de influenza A que suele dominar muchos inviernos por su capacidad de mutar con rapidez (deriva antigénica).
En 2025, la Organización de la Salud (OMS) y el ECDC han destacado el aumento de detecciones de la subclade K, una rama de H3N2 que muestra divergencia respecto a cepas vacunales usadas en el hemisferio norte.
Algo que puede traducirse en menor efectividad contra infección (sin anular la protección contra gravedad). La OMS resume el fenómeno como un incremento global “dentro de rangos estacionales” pero con aumentos tempranos y actividad mayor a lo habitual en algunas regiones.

¿Dónde surgió y cuándo empezó a expandirse?
La evidencia más sólida de “origen reciente” (del subclade K, no de H3N2 en general) apunta a un inicio visible en el Pacífico.
La OMS reporta que los virus del subclade K fueron particularmente evidentes desde agosto de 2025 en Australia y Nueva Zelanda. Desde ahí comenzaron a aparecer con más frecuencia en secuencias y reportes internacionales.
Mientras que, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló el aumento progresivo de detecciones en Norteamérica y que, hasta la fecha del informe, no se observaba circulación similar en Sudamérica según datos compartidos en GISAID.
Avance y propagación ¿cuántos países han detectado casos?
La OMS afirma que el subclade K ha sido detectado en más de 34 países en los últimos seis meses.
Por su lado, el ECDC agrega que se ha detectado en todos los continentes y que representó una porción significativa de las secuencias globales de H3N2 depositadas entre mayo y noviembre de
¿Cuántos casos exactos por país?
No existe (al menos públicamente) un conteo único y global de “casos confirmados de subclade K” por país en tiempo real, porque los países reportan influenza como síndrome y luego se subtipa/seq. por muestras representativas (no todos los casos se secuencian).
Lo que sí se puede documentar con precisión es el aumento de actividad y detecciones en varios lugares:
- Reino Unido y Europa: The Guardian describe una temporada adelantada y con predominio de H3N2 (subclade K) en varios países europeos, con aumentos marcados de actividad en Inglaterra, Alemania, Francia, España y otros.
- México: El País reportó la confirmación de un primer caso documentado de H3N2 subclade K, con manejo clínico estándar y recuperación del paciente.
- Américas: OPS pidió reforzar vacunación y vigilancia por el aumento global y el crecimiento en detecciones en Estados Unidos y Canadá.
¿Por qué es importante controlarla?
La influenza estacional ya produce olas epidémicas cada año. Lo que preocupa en 2025 es una combinación de factores:
- Temporada más temprana y más intensa en algunas regiones (más presión hospitalaria).
- El ECDC advierte divergencia respecto a la cepa vacunal A(H3N2) usada en el hemisferio norte, lo que puede reducir la protección contra infección, aunque la vacuna sigue teniendo valor contra cuadros severos.
- La OMS y OPS insisten en vigilancia integrada porque influenza, SARS-CoV-2 y RSV pueden presionar simultáneamente los servicios de salud.
Dicho en lenguaje simple, controlarla no es solo “evitar gripe”; es evitar un escenario de salas de emergencia saturadas, especialmente en niños pequeños, adultos mayores, embarazadas y personas con condiciones crónicas.

Declaraciones y recomendaciones médicas para la ciudadanía
1) Vacunación
La OPS pidió reforzar vacunación y vigilancia en las Américas ante el aumento global de virus respiratorios y detecciones del subclade K.
En Europa, aun con coincidencia limitada contra el subclade K, se subraya que la vacuna ofrece protección significativa contra hospitalización.
The Guardian
Recomendación práctica: si estás en grupos de riesgo (niños, mayores, embarazadas, crónicos, personal de salud), vacúnate y revisa campañas locales.
2) Consulta temprana y antivirales cuando corresponda
Los protocolos clínicos para influenza no cambian por el “apellido” de la variante.
Si hay alto riesgo o síntomas fuertes, se recomienda consulta temprana, porque antivirales como oseltamivir funcionan mejor cuando se inician pronto (decisión médica).
3) Medidas de prevención cotidianas
Las recomendaciones repetidas por autoridades sanitarias y coberturas médicas incluyen:
- Lavado frecuente de manos.
- Ventilación de espacios cerrados.
- Uso de mascarilla si tienes síntomas o estás en lugares muy concurridos (sobre todo si convives con personas vulnerables).
- Quedarte en casa si estás enfermo para cortar transmisión.
4) Señales de alarma
En la práctica clínica, H3N2 se presenta como influenza (no hay un “síntoma exclusivo” del subtipo). Los síntomas típicos incluyen:
- Fiebre o escalofríos (a veces sin fiebre).
- Tos.
- Dolor de garganta.
- Congestión o moqueo nasal.
- Dolores musculares/corporales.
- Dolor de cabeza.
- Fatiga marcada.
- En algunos casos vómitos o diarrea (más frecuente en niños).
En coberturas sobre el subclade K se repiten como síntomas frecuentes: fiebre alta, dolor de garganta/cabeza, tos seca, mialgias y fatiga intensa, además de pérdida de apetito, con mayor riesgo de complicaciones en población vulnerable.
Busca atención médica urgente si hay:
- Dificultad para respirar, dolor en el pecho, confusión.
- Fiebre alta persistente o deshidratación.
- Empeoramiento brusco tras una aparente mejoría.
Lo que viene y por qué conviene no caer en pánico
H3N2 no es “una gripe nueva”, pero sí puede ser una gripe mala si se combina con baja vacunación, saturación hospitalaria y coinfecciones estacionales. La OMS y los organismos regionales están siguiendo la evolución y ajustando recomendaciones de vigilancia y composición vacunal para próximas temporadas.
La mejor respuesta ciudadana no es el miedo. Es vacunarse, reconocer síntomas, evitar contagiar a otros y no subestimar señales de alarma.