El triple crimen de Florencio Varela ha estremecido a todo el país. Las jóvenes Lara Morena Gutiérez (20), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (15), fueron halladas sin vida tras varios días de búsqueda. En un caso que comenzó como la desaparición de tres amigas y terminó convertido en un femicidio colectivo que refleja la profunda crisis de violencia de género en Argentina.
El caso de las 3 chicas desaparecidas
El 21 de septiembre, las tres adolescentes salieron juntas desde el barrio 17 de agosto, en La Matanza, y nunca regresaron a sus hogares. La denuncia inmediata de sus familias desató una intensa búsqueda en la que participaron fuerzas de seguridad, vecinos y colectivos feministas.
Las cámaras de seguridad registraron las últimas imágenes de las chicas con vida, caminando hacia una parada de colectivo. Desde entonces, las horas se volvieron desesperantes para las familias, que reclamaban respuestas urgentes de las autoridades.

Un hallazgo que confirmó los peores temores
El 24 de septiembre, la Policía halló los cuerpos de las tres jóvenes en una vivienda precaria de Florencio Varela. La autopsia confirmó signos de violencia y apuntó a un femicidio múltiple. El caso pasó a ser investigado como un crimen de extrema brutalidad, con líneas que vinculan la investigación a posibles redes de trata y violencia organizada.
En las primeras horas, dos sospechosos fueron detenidos y un teléfono celular que se activó en Florencio Varela se convirtió en una de las pistas centrales. El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó que las torturas previas a los asesinatos fueron transmitidas en directo (en un grupo cerrado de redes sociales), donde había 45 personas conectadas.
El presunto autor de los crímenes, quien sería un narco, dijo durante la transmisión: “Esto es lo que les pasa a los que me roban droga”.
El dolor de las familias y la reacción social
El pedido desgarrador de la madre de Lara conmovió al país: “Que aparezcan vivas, por favor”. Su voz, repetida en marchas y redes sociales, se transformó en símbolo del reclamo de justicia por las tres adolescentes.
En Buenos Aires y otras provincias se organizaron manifestaciones feministas bajo la consigna “Ni una menos”, denunciando la falta de respuestas estatales y exigiendo políticas efectivas contra la violencia machista.
Femicidio y deuda estructural en Argentina
El femicidio de Lara, Brenda y Morena no es un hecho aislado: se enmarca en una crisis que deja más de un centenar de mujeres asesinadas cada año en Argentina. Colectivos de derechos humanos advierten que la violencia de género es sistémica y estructural, agravada por la precariedad social y la impunidad judicial.
Casos como el de las tres chicas desaparecidas en La Matanza y asesinadas en Florencio Varela obligan a mirar de frente una deuda pendiente: un Estado que no logra proteger a las mujeres, pese a años de marchas, alertas y promesas políticas.
El triple crimen de Florencio Varela deja una herida difícil de cerrar. Lara, Brenda y Morena no son solo nombres: representan a miles de jóvenes que siguen expuestas a la violencia femicida. La pregunta que queda es ineludible:
¿Cuántas muertes más deberán ocurrir para que la sociedad y el Estado actúen con la urgencia que la vida de estas chicas merecía?