En un mundo cada vez más acelerado y lleno de incertidumbre, la salud mental se ha convertido en una preocupación central. En este contexto, las mascotas emergen no solo como compañeros, sino como verdaderos aliados en la lucha contra la ansiedad, la depresión y la soledad.
Este reportaje explora la profunda conexión entre humanos y animales, respaldada por investigaciones científicas y testimonios, para entender por qué esta relación puede, literalmente, salvar vidas.

La salud mental en cifras alarmantes
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 280 millones de personas en el mundo padecen depresión, y los trastornos de ansiedad afectan a más del 6% de la población global.
Este incremento en las estadísticas es causado por el aislamiento social y el estrés laboral, especialmente detectado entre jóvenes y adultos mayores. Todo esto acelerado por la falta de acceso a terapia, la educación en salud en emocional y medicamentos para muchos.
En medio de esta situación las mascotas han demostrado ser un refugio emocional e invaluable en la vida de las personas. Su compañerismo y lealtad ha sido clave para enfrentar estos problemas emocionales.

Beneficios psicológicos de tener una mascota
Reducción del estrés y la ansiedad
Estudios han demostrado que acariciar a un perro o un gato disminuye los niveles de cortisol y aumenta la producción de oxitocina, la hormona del bienestar. Esta interacción química produce una sensación de bienestar y estabiliza la presión arterial, logrando efectos positivos en la salud emocional.
Estructura y sentido de propósito
Las rutinas diarias de cuidado que requieren las mascotas ayudan a mantener hábitos saludables y brindan a las personas un sentido de responsabilidad y propósito. En la actualidad la mayoría de las familias tiene al menos una mascota para integrar dinámicas sociales y emocionales con los niños.

Combate la soledad
Para personas mayores, solteras o en duelo, las mascotas ofrecen compañía incondicional, lo que disminuye la sensación de abandono y aislamiento social. No es solo cuestión de presencia, sino también de un lazo emocional que se forja en la convivencia.

Testimonios que inspiran
Historias de veteranos con trastorno de estrés postraumático (TEPT), adolescentes con ansiedad social y personas en duelo coinciden en un punto: su mascota fue un ancla emocional en momentos de crisis.
De hecho, las investigaciones científicas han sido clave para entender este beneficio. En algunos hospitales ya permiten terapias asistidas con animales en salas de oncología, geriatría y muchas otras áreas médicas con resultados prometedores.
Se ha comprobado que la asistencia emocional de las mascotas es beneficiosa para los pacientes que van desde niños, jóvenes y adultos mayores.

No solo perros y gatos: la diversidad de la terapia animal
Caballos, conejos, aves y hasta peces cumplen un papel terapéutico en la vida de los seres humanos. La equinoterapia, por ejemplo, es ampliamente usada para tratar autismo y la parálisis cerebral.
La ciencia ha demostrado que el caballo es uno de los animales más sensibles que existen, se conoce incluso que se comunica de manera exitosa mediante el lenguaje no verbal.
Tener una mascota también es una responsabilidad
Aunque los beneficios son claros, adoptar un animal implica tiempo, recursos económicos y compromiso emocional. No todas las personas o situaciones son ideales para integrar una mascota, y elegir la especie adecuada es clave.
Los perros, por ejemplo, necesitan un espacio considerable para su movilidad, si la persona vive en zonas departamentales o con espacio reducido lo ideal es optar por mascotas pequeñas como los gatos.

El vínculo que sana
Como hemos observado la relación entre humanos y mascotas va mucho más allá de la compañía, se trata de un vínculo capaz de transformar vidas. Lo que nos recuerda que en la conexión con otros seres vivos reside gran parte de nuestro bienestar emocional.