El 30 de octubre de 2025, Donald Trump y Xi Jinping sostuvieron una reunión en Corea del Sur que buscó desactivar semanas de tensión comercial y estratégica. La cita, que duró cerca de dos horas, dejó un alto el fuego táctico, un entendimiento sobre tierras raras por un año, señales de alivio arancelario condicionado y compromisos para endurecer el control de fentanilo, entre otros puntos.
Aunque Trump la calificó de “asombrosa”, los analistas advierten que es más tregua que reinicio total de la relación.
Acercamiento de dos potencias en tensión
La agenda se confirmó el 29 de octubre y el encuentro se celebró el 30 de octubre de 2025 en Corea del Sur, con imágenes del apretón de manos en Gimhae (Busan) y trabajo de equipos en Gyeongju.
Esta reunión se realizó en un contexto de mercados nerviosos por aranceles, controles a exportaciones chinas y fricción en inversiones. La expectativa era una señal que estabilizara el frente económico.
Razones que motivaron la reunión
Tres vectores precipitaron el cara a cara:
- Riesgos de suministro y precios: China había ampliado controles a exportaciones de tierras raras y equipamiento, elevando la presión sobre cadenas industriales (imanes, autos, defensa). Washington deseaba previsibilidad.
- Escalada arancelaria y señales a los mercados: ambos gobiernos buscaban atenuar la volatilidad bursátil y de insumos críticos con una señal política.
- Agenda de seguridad y narcóticos: EE. UU. presionó por medidas contra precursores de fentanilo como condición para flexibilizar parte de la presión comercial.
Acuerdos y negociaciones ¿qué se anunció y qué queda por concretar?
1) Tierras raras por un año
Trump anunció un acuerdo de un año para mantener exportaciones chinas de tierras raras, presentándolo como una solución “global”. El representante comercial de Estados Unidos añadió que China no implementará nuevas restricciones que había propuesto.
Falta aclarar qué pasa con controles previos ya vigentes, la parte china no detalló aún públicamente los alcances.
2) Aranceles como alivio limitado y condicionado
Diversas crónicas señalaron un alivio parcial o “recorte” acotado de aranceles, vinculado a “acciones reales” de China, especialmente en fentanilo; se trataría de un gesto táctico y no de una desescalada integral.
La narrativa oficial en Washington habla de un “buen acuerdo de corto plazo” más que de una reforma completa del frente arancelario.
3) Fentanilo, un compromiso para intensificar controles
Trump aseguró que Xi “trabajará muy duro” para frenar precursores que terminan en Estados Unidos. Los detalles operativos (listas de sustancias, inspecciones, cooperación policial) no se publicaron completos, pero el vínculo fentanilo ↔ alivio comercial fue explícito en los mensajes de la Casa Blanca y coberturas.
4) Investigación en astilleros y próximos pasos
Coberturas asiáticas resumieron “decisiones destacadas” que incluyen gestos sobre investigaciones industriales (p. ej., astilleros) y la idea de mantener canales abiertos para temas sensibles como semiconductores o inversión.
La Xinhua habló de “fundación sólida” y “atmósfera favorable” para el vínculo, sin listar concesiones detalladas.
Implicaciones inmediatas en mercados, industria y geopolítica
- Mercados: la señal de previsibilidad en tierras raras reduce riesgos de shock para industrias de imanes permanentes y automoción en el corto plazo.
- Industria: si el alivio arancelario se concreta, algunas cadenas podrían abaratar costos marginalmente; aún así, la desconfianza estructural y la diversificación de proveedores fuera de China seguirán.
- Geopolítica: la cumbre luce como tregua táctica que compra tiempo a ambos, sin resolver fricciones de seguridad tecnológica.
El “acuerdo corto” entre Trump y Xi alivia el tablero en lo inmediato, pero su éxito dependerá de verificación, secuenciación y reciprocidad. Sin hojas de ruta públicas ni métricas, la tregua puede diluirse ante el primer roce en chips, datos o seguridad marítima.
Si el entendimiento sobre fentanilo produce resultados medibles y el trato de tierras raras se ejecuta sin sorpresas, ambos ganan. De lo contrario, volverá el ciclo de tarifas y represalias. Para pasar de gesto a estrategia, hará falta institucionalizar lo acordado.