En medio de un país convulso por protestas y recortes económicos, el presidente Daniel Noboa canceló su agenda en la Asamblea General de las Naciones Unidas. En lugar de viajar a Nueva York para representar al país y participar en debates globales, optó por permanecer en el territorio nacional.
Esto, para atender la crisis interna, incendios, tensión política y confrontaciones sociales. Su ausencia no pasa desapercibida, dice mucho sobre el momento de Ecuador.
Daniel Noboa y la Asamblea de la ONU: ¿Por qué no asistió?
Según reportes oficiales y agencias internacionales, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, canceló su agenda de reuniones en la Organización de Naciones Unidas (ONU), en New York y regresó al país para atender “protestas” y la crisis económica que afecta múltiples provincias. El ejecutivo tenía prevista una intervención ante la Asamblea General, pero desistió ante la magnitud de las emergencias internas.
Noboa aseguró este miércoles que su país enfrenta “actos de terrorismo disfrazados de protesta”, en mención de los arrestos de varios ciudadanos (y dos extranjeros), quienes estarían presuntamente vinculados a la banda delincuencial Tren de Aragua. Misma que es catalogada como Terrorista por su gobierno. Además, insistió que “Ecuador no retrocede ante terroristas que se esconden detrás de la comunidad para servirse a sí mismos”.
Contexto interno: protestas, subsidios y crisis económica
La decisión de no ausentarse ocurre en un contexto de fuerte tensión interna. A raíz de la eliminación del subsidio al diésel, Ecuador enfrenta protestas generalizadas, bloqueos de rutas y movilizaciones de comunidades indígenas y transportistas. Las organizaciones sociales, como la Conaie y sindicatos, han convocado marchas en Quito y otras ciudades en rechazo a las políticas del gobierno.
El mandatario, ahora coordina movilizaciones pro gubernamentales (como la marcha “por la paz” en Guayaquil) como respuesta simbólica y política. Ante este panorama, Noboa parece priorizar la presencia física en Ecuador frente a su visibilidad internacional.
Interpretaciones y riesgos de la ausencia
Algunos expertos apuntan que Noboa podría estar ante un momento de “fuga de símbolos”. Es decir, cuando el poder se concentra en lo local, se descuida lo global, y eso puede cobrar factura reputacional en el circuito diplomático. La decisión de quedarse en el país y no asistir a la Asamblea General de la ONU, según analistas, puede interpretarse de distintas maneras:
Gestión de crisis local: dar imagen de control, presencia y responsabilidad frente a emergencias reales.
Desgaste diplomático: dejar de representar al país en una cita internacional tan relevante puede percibirse como falta de compromiso con la política exterior.
Costos políticos internos: la ausencia también deja espacio para críticas opositoras sobre prioridades y legitimidad de su mandato en tiempos turbulentos.
Ecuador demanda atención
Que un presidente no viaje a la ONU por crisis doméstica no es inédita, pero sí sintomática. El país le reclama atención urgente, estabilidad y respuestas. Noboa apuesta a que su decisión será comprendida como responsabilidad, no debilidad. Pero también corre el riesgo de que su ausencia sea leída como prioridad invertida, pues gestionar lo interno debe legitimarse ante lo externo.