La tensión entre Estados Unidos y Venezuela alcanzó un nuevo punto crítico tras la incautación del superpetrolero Skipper, un gigante del crudo que transportaba más de un millón de barriles de petróleo venezolano.
La operación, realizada en el mar Caribe, fue ejecutada con helicópteros, fuerzas de élite y apoyo del portaaviones USS Gerald R. Ford, marcando un giro contundente en la estrategia de Washington.
Más allá del espectáculo militar, la acción revela un objetivo mayor: golpear directamente la red de transporte clandestino de petróleo (pieza central que evita sanciones internacionales a Caracas).
Esta operación no solo afecta a Venezuela, sino también a navieras globales, aseguradoras y países que dependen del petróleo venezolano.
¿Qué buque fue incautado y por qué era tan importante?
El buque Skipper (un VLCC, uno de los petroleros más grandes del mundo) había sido sancionado previamente por Estados Unidos bajo otro nombre (Adisa) por transportar crudo iraní y venezolano vinculados a redes asociadas a los Guardias Revolucionarios de Irán (IRGC).
Según datos de rastreo marítimo, el Skipper:
- Cargó entre 1,1 y 1,8 millones de barriles en el puerto petrolero de José, en Venezuela.
- Llevaba una bandera falsa de Guyana, que el propio país desmintió.
- Había manipulado varias veces su señal AIS para ocultar su ubicación real.
- Era parte de la llamada “dark fleet”, la flota fantasma usada para eludir sanciones.
Para analistas marítimos, el Skipper se había convertido en “un símbolo de la evasión petrolera venezolana”.
¿Cómo fue la operación militar “perfecta” de Estados Unidos?
El despliegue
A diferencia de otros operativos antidrogas, esta vez Estados Unidos desplegó un dispositivo cercano a una operación militar:
- Helicópteros despegando del USS Gerald R. Ford.
- Equipos del FBI, DHS, Guardia Costera y Marines trabajando en conjunto.
- Abordaje con técnicas de inserción vertical, descendiendo por cuerdas sobre la cubierta del petrolero.
La fiscal general Pam Bondi publicó el video del operativo, donde se ve a los efectivos tomando control del buque en cuestión de minutos.
Número de efectivos
El operativo involucró 10 miembros de la Guardia Costera, 10 marines, Unidades de fuerzas especiales (número no revelado) y personal aéreo y marítimo en apoyo desde el portaaviones.
Expertos militares coinciden en que esta es la primera operación de interdicción a un VLCC de esta escala en el hemisferio occidental.
¿Hubo resistencia o detenidos?
No hubo heridos ni disparos. La tripulación no se resistió y fue retenida para interrogatorio.
Hasta el momento, no hay información oficial sobre arrestos formales, lo que indica que el objetivo principal era el buque y su carga, no necesariamente los marineros.
El corazón del asunto, la batalla por las sanciones
La incautación del Skipper es mucho más que un golpe puntual, representa la transición hacia una nueva fase de la política de sanciones de Estados Unidos.
Fase 1: sanciones a funcionarios
Fase 2: embargo petrolero a PDVSA
Fase 3: interdicción física de buques en alta mar
¿Por qué esto importa?:
- Escala el costo para las navieras
Si Estados Unidos puede capturar un petrolero de este tamaño, las aseguradoras y armadores reconsiderarán transportar crudo venezolano o iraní. - Enfría el mercado del petróleo sancionado
Traders que operaban en la sombra podrían retirarse por temor a sanciones secundarias o a perder barcos multimillonarios. - Golpea directamente el ingreso más importante de Maduro
El petróleo es el motor económico del régimen. Incautar buques completa la pinza que buscaban las sanciones.
Cómo responde Venezuela y qué dice la comunidad internacional
Caracas calificó el abordaje como “piratería internacional”, argumentando que la operación demuestra que la guerra antidrogas es solo una excusa para “apoderarse del petróleo venezolano”.
Maduro denunció que la acción forma parte de un plan de desestabilización que incluye ataques a lanchas, amenazas a tierra firme y presiones para alterar el orden político interno. Por su parte:
- Rusia condenó la incautación, acusando a Estados Unidos de violar el derecho internacional.
- China pidió de forma más moderada “evitar escaladas” y “respetar la soberanía venezolana”.
- Países del Caribe expresaron preocupación, especialmente tras revelarse que el buque navegaba con bandera falsa de Guyana.
¿Qué puede venir ahora? una escalada marítima sin precedentes
Según especialistas en sanciones y derecho marítimo, la captura del Skipper abre la puerta a:
1. Más incautaciones
Afirman que Estados Unidos podría repetir acciones similares contra otros buques de la dark fleet.
2. Sanciones secundarias a navieras asiáticas y del Medio Oriente
Si estas compañías siguen transportando crudo sancionado, podrían enfrentar prohibiciones financieras y comerciales.
3. Mayor presión sobre PDVSA
La estatal venezolana depende cada vez más de buques “opacos”; perderlos hace más difícil exportar petróleo sin restricciones.
4. Una guerra marítima tecnológica
PDVSA y sus socios podrían recurrir a más falsificación de AIS, rutas nocturnas y transferencias de crudo barco a barco.
Para el analista de energía Samuel Ramírez “Con esta operación, Estados Unidos demostró que puede pasar de sancionar en el papel a sancionar en el mar. Ese es un antes y un después para Venezuela.”
Una guerra en escala
La incautación del Skipper marca un punto de quiebre. El conflicto entre Washington y Caracas dejó de ser económico o diplomático y pasó a ser físico, visible, y con capacidad real de alterar el flujo del petróleo venezolano.
Mientras Venezuela denuncia agresión y Estados Unidos defiende la legalidad de su operación, el resto del mundo observa un escenario donde las sanciones ya no se limitan a listas negras… sino que suben a bordo.
La pregunta es inevitable, ¿Estamos ante el inicio de un bloqueo petrolero de facto o ante un golpe puntual para enviar un mensaje global?
La respuesta determinará el rumbo económico y político de Venezuela en los próximos meses.