La Generación Z aquellos nacidos entre mediados de los 90 y principios de los 2010 ha irrumpido en el mercado laboral con nuevas expectativas, valores y formas de trabajar. Con su llegada, las reglas del juego están cambiando.
Desde la flexibilidad horaria hasta el activismo en el lugar de trabajo, pasando por el uso intensivo de la tecnología y la búsqueda de propósito, la Generación Z está dejando claro que no aceptará las mismas condiciones que sus predecesores.
En este artículo exploramos cuáles son las reglas que esta generación está imponiendo en el mundo del trabajo y qué significa para las empresas y la sociedad en general.

La flexibilidad como un derecho
Para la Generación Z, la idea de estar atados a un escritorio de nueve a cinco es negociable, de hecho, en su mayoría exigen horarios flexibles, opciones de trabajo remoto e híbrido con la posibilidad de equilibrar su vida personal con la profesional sin culpa.
Las empresas que no ofrecen flexibilidad pierden talento joven frente a competidores que entienden que el bienestar y la autonomía son clave para la productividad.
Las encuestas de la Red de Servicios Profesionales Deloitte, revelan que más del 70% de los trabajadores Gen Z priorizan la flexibilidad sobre otros beneficios tradicionales como seguros médicos e inclusive bonos.

No trabajan solo por un salario: buscan propósito
Esta generación no solo quiere un buen sueldo, quiere saber que su trabajo tiene un impacto positivo en la sociedad. Ellos prefieren empleadores con valores alineados a los suyos y evitan empresas con prácticas poco éticas o dañinas.
De hecho, el activismo en el lugar de trabajo también es común entre ellos, ya que no tienen miedo de alzar la voz ante situaciones de injusticia, discriminación o falta de diversidad.
Este ambiente solicitado para las empresas significa ser más transparentes, auténticas y responsables socialmente para atraer y retener el talento joven.

Nativos digitales: la tecnología es su lenguaje
La Generación Z ha crecido con smartphones, redes sociales e inteligencia artificial. Por lo tanto, no solo esperan que sus lugares de trabajo utilicen tecnología avanzada, sino que también son capaces de adaptarse rápidamente a estas nuevas herramientas.
En la actualidad, el dominio de las plataformas digitales y la facilidad para aprender nuevas tecnologías hacen de esta generación un activo valioso para empresas que buscan modernizarse o que son tecnológicas.
No obstante, también esperan que las empresas respeten los límites digitales y valoren su tiempo fuera de línea, evitando la cultura de la disponibilidad 24/7.
Asimismo, muchos solicitan laborar solo de lunes a viernes, dejando los fines de semana libres para compartir con la familia, amigos e incluso dedicarse tiempo a ellos mismos.

Emprendimiento y múltiples fuentes de ingreso
Aunque son contados, muchos Gen Z no se conforman con un solo empleo tradicional, sino que prefieren diversificar sus ingresos a través de emprendimientos propios, trabajos freelance y plataformas digitales.
El fenómeno de la gig economy, modelo de trabajo flexibles y temporal, es especialmente atractivo para ellos por la flexibilidad y la autonomía que ofrece, aunque también implica menos estabilidad y beneficios corporativos.
Ante la posibilidad de vivir bien económicamente trabajando en un emprendimiento propio y bajo normas propias y horarios, las empresas deben ser creativas para retener a jóvenes que no temen explorar diferentes caminos laborales simultáneamente.

¿Adaptarse o quedarse atrás?
Como hemos vista esta generación está redefiniendo las normas laborales. Razón por la cual las empresas que quieran atraer y retener a este talento deben estar dispuestas a adaptarse.
Flexibilidad, propósito, tecnología, diversidad e inclusión ya no son extras opcionales, sino requisitos esenciales en el mundo laboral del siglo XXI.
El desafío para las organizaciones es claro: entender estas nuevas reglas y evolucionar con ellas, o arriesgarse a perder relevancia en un mercado laboral en constante transformación.