La Copa Libertadores volvió a vivir una de esas noches mágicas que solo el fútbol sudamericano puede ofrecer. Liga Deportiva Universitaria de Quito impuso jerarquía, táctica y temple para superar a Palmeiras con un contundente 3-0 en la semifinal de ida.
El resultado no solo enciende la ilusión de los hinchas albos, sino que también revalida el crecimiento del fútbol ecuatoriano, que ya no se conforma con ser protagonista: ahora quiere volver a reinar en el continente.
Un arranque demoledor y una superioridad incuestionable
Desde el primer minuto, Liga de Quito mostró que no iba a especular. El mediocampo, liderado por Gabriel Villamil, marcó el ritmo del partido y desbordó al conjunto brasileño.
El primer gol llegó al minuto 16 tras una gran jugada colectiva que Villamil culminó con precisión. Luego, al 27’, Lisandro Alzugaray amplió la ventaja desde el punto penal. El estadio estalló.
Palmeiras, sorprendido por la intensidad y la presión alta, nunca encontró su juego. Cada intento de construir fue anticipado por un equipo que combinó energía y lectura táctica. Ya en tiempo de descuento, Bryan Ramírez selló el 3-0 con un contragolpe letal.
Un triunfo con coraje pese a la expulsión
El mérito del resultado creció aún más cuando Liga quedó con un jugador menos al minuto 75, tras una tarjeta roja por una falta táctica. Pese a la desventaja, los dirigidos por Tiago Nunes no se desordenaron ni cedieron terreno.
El bloque defensivo se compactó y la intensidad no decayó. El público empujó desde las gradas y los jugadores respondieron con carácter. Ganar 3-0 con diez hombres ante uno de los equipos más poderosos del continente es una hazaña que pocos consiguen.
La expulsión deja una baja sensible para el partido de vuelta, pero también resalta la profundidad de un plantel que ha aprendido a competir con inteligencia.
Villamil, el cerebro del equipo y figura del partido
Si hubo un jugador que sintetizó la esencia de esta victoria, fue Gabriel Villamil. El mediocampista boliviano fue el motor del equipo: marcó el primer gol, manejó los tiempos y ordenó cada movimiento.
Su desempeño le valió el reconocimiento del público y lo coloca como una de las figuras más determinantes de esta Copa Libertadores. En la vuelta, su liderazgo será vital para sostener el equilibrio en un estadio tan exigente como el Allianz Parque.
Lo que se viene en la revancha en São Paulo
El 3-0 otorga a Liga de Quito una ventaja enorme, pero el fútbol no da nada por asegurado. En Brasil, Palmeiras saldrá con el orgullo herido y el respaldo de su afición para intentar una remontada épica.
Tiago Nunes deberá ajustar el mediocampo ante la ausencia del expulsado y decidir si apuesta por reforzar la defensa o mantener su estilo ofensivo.
Un gol de Liga podría liquidar la serie; un tanto temprano del rival podría reabrirla. La clave estará en mantener la serenidad, controlar la posesión y aprovechar los espacios que deje el conjunto paulista.
Una noche que revive la mística de Liga de Quito
El triunfo ante Palmeiras recordó las grandes gestas de Liga de Quito en Libertadores. La conexión con su público, la presión constante y el fútbol directo fueron rasgos que evocaron la era dorada de 2008.
Hoy, el equipo vuelve a soñar en grande, demostrando que la altitud de Quito no es su único aliado: lo son también su mentalidad, su trabajo táctico y el talento de una plantilla en plena madurez.
La Liga Deportiva Universitaria de Quito volvió a poner su nombre entre los grandes del continente. Su victoria ante Palmeiras no es solo un resultado, sino una afirmación de identidad, la de un club que combina tradición y renovación, pasión y método.
El camino a la final sigue abierto, pero si mantiene este nivel de intensidad y disciplina, LDU podría escribir otro capítulo glorioso en la historia del fútbol ecuatoriano.