Beijing fue escenario del desfile militar de China más ambicioso del régimen, con Xi Jinping presidiendo una demostración de fuerza sin precedentes.
El evento no solo exhibió nuevas armas, sino también la alineación estratégica entre regímenes autoritarios, enviando un mensaje directo a Occidente sobre una nueva configuración global.

Desfile militar en China: Un espectáculo de fuerza tecnológica y nuclear
En el desfile del 3 de septiembre de 2025, marcado por el aniversario de la victoria sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial, China exhibió por primera vez su tríada nuclear completa: misiles intercontinentales (DF-5C, DF-61), misiles lanzados desde submarinos como el JL-3, y armamento aéreo hipersónico.
También se dieron a conocer drones submarinos, vehículos terrestres robóticos (“lobos” armados), tanques avanzados tipo-100, sistemas láser y robots de combate teledirigidos.
Xi entre Putin y Kim: Una alianza autoritaria al frente del desfile

La presencia de Vladimir Putin y Kim Jong-un junto a Xi Jinping selló una alianza simbólica entre potencias no democráticas. Juntos mediaron un mensaje conjunto de desafío a la hegemonía occidental, con un discurso que apuntó a un orden multipolar alternativo.
Xi proclamó que el mundo enfrenta una disyuntiva entre “paz o guerra”, reforzando su narrativa nacionalista de rejuvenecimiento chino frente a las tensiones globales.
Más que un desfile: Propaganda, disuasión y diplomacia
La celebración de este evento con un desfile militar tuvo varias aristas:
Demostración de disuasión: El despliegue de armamento hipersónico, nuclear y drones apunta directamente a Estados Unidos y aliados como India. Bancas occidentales lo interpretan como una advertencia estratégica.
Ventana tecnológica: Fuerzas cibernéticas y unidades de guerra electrónica desfilaron públicamente, señalando la creciente importancia de la guerra en el espacio digital.
Reclamo de poder moral: Se mostró a China como una potencia resiliente, pacífica y protectora del orden global, pese a las tensiones internas y críticas externas sobre su militarización.

En el contexto geopolítico: El pulso del nuevo orden mundial
El desfile forma parte de una estrategia más amplia. Xi ha profundizado sus lazos con Rusia, especialmente tras su visita de Estado en mayo y apoyo mutuo en el conflicto de Ucrania. La alianza con Corea del Norte y otros regímenes afines refuerzan su narrativa de bloque autoritario emergente.
La pregunta de muchos: ¿Hacia dónde se inclina la balanza global?
Este desfile militar simboliza más que poderío militar; representa una redefinición del equilibrio global. China proyecta una consolidación autoritaria que desafía estructuras tradicionales, apalancada en tecnología militar avanzada, propaganda ideológica y redes diplomáticas sólidas con potencias afines.
Un mensaje claro y contundente para aquellos que subestiman su neutralidad.