En 2025, los estudiantes enfrentan el doble desafío de costear su educación y sostener su
vida cotidiana en una economía cada vez más competitiva.
Las redes sociales como TikTok y plataformas para adultos como OnlyFans han acaparado los titulares, pero el universo de oportunidades para ganar dinero va mucho más allá.
Este reportaje explora cómo los estudiantes se reinventan y diversifican sus fuentes de ingreso, adaptándose a las tendencias del mercado y a su propio estilo de vida.

Tendencias emergentes en 2025
La pandemia, el avance tecnológico y la flexibilización laboral han transformado las reglas tradicionales del juego económico.
En vez de buscar empleo de medio tiempo, muchos estudiantes prefieren explorar opciones digitales o colaborativas que les permitan mayor autonomía.
Contribuyendo a esta causa el aumento de plataformas online para freelancers, la economía gig y las nuevas criptomonedas están cambiando los patrones de ingreso económico de muchos jóvenes.

Más allá de TikTok y OnlyFans: alternativas menos visibles
Si bien es cierto que la creación de contenido sigue siendo popular y rentable, muchos buscan caminos con menos exposición pública. A continuación, exploraremos entre las opciones más llamativas y aplicadas.
Freelance digital
Diseño gráfico, redacción, traducción, programación o gestión de redes sociales son algunas de las áreas más demandadas en plataformas como Upwork, Fiverr o Workana.
Aquí los estudiantes que dominan un idioma adicional como el inglés, francés o alguna herramienta digital tienen una gran ventaja.
Asistencia virtual
Ofrecer servicios de manera remota como asistente virtual, community manager o soporte al cliente para pequeñas empresas es otra alternativa cada vez más popular.
Por su parte, para los jóvenes este ambiente no solo es atractivo sino también beneficioso ya que implica contar con flexibilidad de horarios, comodidad para trabajar desde casa y seguridad.

Microemprendimientos
Desde vender ropa vintage o personalizada hasta productos ecológicos, las apps sociales como Instagram, WhatsApp y Marketplaces se han convertido en el espacio ideal para vender.
Algunos incluso empiezan de manera virtual y conforme su crecimiento avanza deciden montar pequeños en locales físicos entre su comunidad.
Gaming y eSports
Jugar videojuegos profesionalmente o transmitir en vivo en Twitch y YouTube Gaming es
cada vez más rentable para quienes tienen habilidades destacadas y constancia.
Para muchos apasionados, esta actividad de entretenimiento ha significado un ingreso económico considerable. De hecho, muchos de los youtubers más famosos entre la comunidad estudiantil, sembraron su éxito en este modelo.

Monetizar el aprendizaje
Otro fenómeno creciente en los estudiantes es ganar dinero enseñando lo que saben.
Actualmente es común encontrar tutorías online, cursos básicos de idiomas, control de tareas o incluso coaching para rendir exámenes. Plataformas como Udemy y Teachable facilitan vender conocimientos empaquetados como cursos.
De hecho, esta tendencia creció tanto que ya no solo se monetiza con contenido académico sino cualquier otro conocimiento que interese de alguna manera a los usuarios.
TikTok es la plataforma en donde más se promociona este tipo de contenidos, allí los cursos que ofrecen van desde educación financiera hasta talleres para ser más femenina o lecturas del tarot.

Retos de la economía juvenil
Como hemos visto, aunque las oportunidades son más diversas, también exigen disciplina, gestión del tiempo y una mentalidad emprendedora. La competencia global y las tarifas bajas en plataformas freelance pueden ser desalentadoras, y no todos los caminos son sostenibles a largo plazo.
Los expertos recomiendan elegir opciones alineadas con las habilidades y metas personales, y no caer en la trampa de esquemas poco transparentes.
Los estudiantes de 2025 encarnan la creatividad y la resiliencia de una generación que se
rehúsa a conformarse. Lejos de los caminos tradicionales, exploran nuevas formas de ganar
dinero y de construir un futuro propio en un entorno incierto.
La clave no está en imitar lo que todos hacen, sino en encontrar un nicho propio y hacerlo sostenible.