En 2025, los jóvenes enfrentan una tormenta económica perfecta: altos niveles de deuda, empleos mal remunerados, alquileres imposibles y una inflación que erosiona el poder adquisitivo.
Esta generación, que ya arrastra las secuelas de la pandemia y la crisis financiera global, intenta sobrevivir y reinventarse en una economía precaria marcada por la desigualdad y la incertidumbre.
Este artículo analiza por qué los jóvenes están tan endeudados, cómo logran salir adelante y qué políticas podrían aliviar su situación.

La deuda juvenil: una carga generacional
Las estadísticas muestran que los jóvenes de 18 a 35 años acumulan niveles de deuda sin precedentes. En Estados Unidos, por ejemplo, la deuda estudiantil total supera los 1,7 billones de dólares, mientras que en América Latina los préstamos personales y las tarjetas de crédito están en máximos históricos.
Los salarios estancados y el alto costo de la vida obligan a muchos a endeudarse para cubrir necesidades básicas como educación, vivienda o atención médica.

Factores estructurales de la precariedad
Mercado laboral inestable
El trabajo informal, los contratos temporales y el crecimiento de la ‘gig economy’ atenta a la seguridad laboral y beneficios como jubilación o seguro médico de los jóvenes.
Crisis de vivienda
Las grandes ciudades concentran las oportunidades, pero también precios de alquiler prohibitivos. Esto obliga a compartir piso, mudarse lejos o gastar más de la mitad del sueldo en una vivienda cómoda.
Inflación y desigualdad
La inflación global ha hecho que los bienes básicos suban de precio más rápido que los salarios, como consecuencia de esto, las brechas entre clases altas, clases medias y clases bajas se agrandan.

Estrategias de supervivencia
Emprendimiento juvenil
Estos factores obligan a muchos jóvenes a crear sus propios negocios. Desde microempresas digitales hasta pequeños comercios, con la finalidad de sortear la falta de oportunidades laborales para ellos.
Trabajo múltiple y economía colaborativa
La combinación de varios trabajos y la participación en plataformas colaborativas, como alquiler de habitaciones o venta de servicios freelance son prácticas comunes. En su mayoría crean comunidades para presentar sus servicios y obtener ingresos.
Educación financiera
En respuesta a su realidad, los jóvenes también buscan educarse en finanzas personales, capacitaciones, certificaciones o proyectos de gobiernos para salir del ciclo de deuda.

¿Qué políticas podrían ayudar?
Los expertos coinciden en que para aliviar la carga sobre los jóvenes se necesitan políticas públicas más ambiciosas, condonación parcial de deuda estudiantil, regulación de alquileres, aumento del salario mínimo y mejores condiciones laborales.
Se discute incluso la posibilidad de una renta básica universal como alternativa para garantizar un ingreso mínimo.
Una generación resiliente
A pesar de las dificultades, los jóvenes han demostrado una gran capacidad de adaptación y resiliencia. Lejos de rendirse, están encontrando nuevas formas de sobrevivir y cuestionar las reglas del juego económico.
No obstante, el reto para las sociedades es garantizar que esta generación tenga un futuro digno y que la economía no siga condenándolos a una deuda interminable.