Colombia cerró 2025 con un titular poco común para América Latina. Entró en el grupo de economías con mejor desempeño del año en un ranking internacional ampliamente citado, elaborado por The Economist, que la ubicó en el cuarto lugar entre 36 países evaluados.
El dato, por sí solo, no significa que Colombia sea “la economía más grande” o “la más rica”, sino que tuvo uno de los mejores balances del año en indicadores como crecimiento, inflación, empleo y desempeño de mercados.
Colombia brilló en el tablero de corto plazo, mientras que sus vulnerabilidades estructurales (fiscales, de inversión y de confianza) siguen activas. Ese contraste define la historia real de 2025.
¿Qué significa que Colombia sea “de las mejores economías” en 2025?
El ranking que puso a Colombia en el radar internacional no mide PIB total, sino desempeño anual, presenta una combinación de resultados macro y financieros.
The Economist resumió el caso colombiano como una mezcla de crecimiento relativamente fuerte y un mercado bursátil en buen momento.
Medios colombianos replicaron el ranking subrayando el punto más llamativo: Colombia fue la única latinoamericana en el top alto del listado. Destacándose en un año donde muchas economías avanzadas mostraron fatiga.
Los motores que empujaron a Colombia en 2025
Consumo interno resistente y recuperación gradual
Organismos como la OCDE y el Banco Mundial coinciden en que el consumo privado siguió siendo un motor relevante, con una recuperación de inversión parcial (todavía por debajo de niveles pre-pandemia).
Desinflación y “normalización” monetaria, aunque incompleta
El Banco de la República y análisis macro señalan que, aunque la inflación no volvió al objetivo, la trayectoria fue de moderación hacia 2026. Situación que permitió discutir recortes de tasa (con prudencia).
Empleo relativamente fuerte en el año
La OCDE destacó que el mercado laboral se mantuvo sólido, con desempleo en torno o por debajo de 9% durante varios meses de 2025, un dato que sostiene consumo y estabilidad social.
Mercado financiero: confianza selectiva
The Economist mencionó explícitamente el buen desempeño bursátil como parte del “combo” colombiano. Y aunque eso no beneficia igual a todos, sí cuenta para la lectura internacional del año.
¿Qué dicen los “árbitros” de la economía sobre Colombia en 2025?
Aquí es donde aparece el matiz, los mismos organismos que reconocen el mejor tono del crecimiento también ponen señales amarillas.
- FMI (Consulta Artículo IV 2025): proyectó un crecimiento cercano a 2½% para 2025 y remarcó que el país enfrenta el reto de volver a una senda fiscal sostenible en los próximos años.
- Banco Mundial (MPO / piezas de análisis): estimó un crecimiento alrededor de 2.4% en 2025, destacando consumo y desinflación, pero señalando riesgos ligados a deterioro fiscal.
- OCDE (Economic Outlook 2025): describió un crecimiento moderado, cerca del potencial, pero con inversión aún débil y afectada por incertidumbre y el sector construcción.
Las sombras detrás del “año bueno” fiscal, calificación y confianza
El punto más sensible en 2025 fue la fiscalidad. El medio Reuters reportó que agencias como S&P y Moody’s recortaron (calificación/dejaron) advertencias, citando deterioro fiscal y decisiones que elevaron dudas sobre sostenibilidad.
En el cierre del año, también se reportó que el gobierno planea operaciones de manejo de deuda para aliviar presión en 2026. Esto que muestra que el “buen desempeño” no elimina la tensión del financiamiento público.
En términos simples, Colombia puede verse “ganadora” en el tablero anual, pero sigue caminando sobre una línea estrecha entre crecer y financiarse sin pagar más caro.
Entonces, ¿cómo “lo logró” Colombia en 2025?
Colombia entró al grupo de economías más destacadas del 2025 porque combinó:
- Crecimiento moderado pero superior al promedio de varios pares comparables.
- Un mercado laboral que sostuvo demanda interna.
- Señales de desinflación que dieron aire a expectativas.
- Un mejor tono financiero que elevó su foto internacional.
No fue un “milagro”, fue un equilibrio temporal. El ranking de 2025 pone a Colombia frente a una tentación clásica, confundir un buen año con una solución definitiva.
El aplauso internacional es real, pero también es frágil pues depende de que el país logre lo que los organismos repiten como mantra técnico: credibilidad fiscal, inversión sostenida y reglas estables.
La pregunta que queda para 2026 es si Colombia puede convertir el reconocimiento en una tendencia. Porque, en economía, el verdadero éxito no es brillar un año… es no apagarse al siguiente.