En medio de rumores sobre la “vuelta” de una base estadounidense, se confirmó la presencia de personal militar de Estados Unidos en Manta, pero bajo una figura distinta.
Se trataría de una “operación temporal” junto a la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) en la Base Aérea Eloy Alfaro. Así lo informó la Embajada de Estados Unidos.
El punto político que incendia el debate es el contexto. La llegada ocurre un mes después de que, en el referéndum del 16 de noviembre de 2025, los ecuatorianos rechazaran permitir bases militares extranjeras en el país.
Aún así, el Gobierno sostiene que lo de Manta no es una base (permanente), sino cooperación operativa acotada dentro de acuerdos ya vigentes.

Soldados estadounidenses en Ecuador ¿qué sucede exactamente?
La Embajada de los Estados Unidos comunicó que su personal de la Fuerza Aérea participa en una operación temporal con la FAE en Manta. Presentada como parte de una estrategia bilateral de seguridad y lucha contra el narcotráfico.
Información que fue confirmada por autoridades ecuatorianas (sin detalles operativos). El Ministerio de Defensa y reportes citados por medios locales señalan que el despliegue está ligado a operaciones bilaterales contra crimen organizado y narcotráfico.
Además, se mencionó ingreso de material y vuelos militares, pero con información operativa catalogada como reservada.
Por ahora se desconoce cuántos efectivos llegaron, cuánto tiempo estarán, qué equipo exacto se instaló o si existirá infraestructura exclusiva para Estados Unidos.
“Operación temporal” vs “base” por qué no es lo mismo
Una base extranjera implica, en términos políticos y prácticos, presencia estable, instalaciones dedicadas, permanencia y un marco legal/constitucional explícito para alojarla. Ese era el corazón del referéndum rechazado en noviembre.
La operación anunciada en Manta, en cambio, está descrita como de corto plazo y enfocada en apoyo de información y fortalecimiento de capacidades.
Según el medio Ecuavisa, las autoridades remarcan que no implica presencia permanente y que se sostiene en acuerdos bilaterales.
Sin embargo, el matiz no apaga la polémica. Para muchos, “base” no es solo una palabra legal, sino un símbolo histórico y cualquier regreso de personal estadounidense allí se lee como un retorno “por la puerta de atrás”.
Entonces, ¿cómo pueden operar si el país votó “No” a las bases?
La clave está en lo que no se votó en el referéndum. Ecuador no votó “No” a toda cooperación militar con Estados Unidos, sino a permitir bases extranjeras mediante reforma constitucional.
De acuerdo con Primicias, el Gobierno se apoya en una “trilogía” de acuerdos firmados desde 2023 (y ratificados en parte por Daniel Noboa) que habilitan cooperación por aire, mar y tierra, incluyendo:
- SOFA (Estatuto de las Fuerzas).
- Acuerdo contra actividades marítimas transnacionales ilícitas.
- Acuerdo de interceptación aérea.
Estos acuerdos sostienen la operación “temporal” y explica por qué, aun así, hay un vacío de transparencia puesto que no se han publicado plazos ni número de efectivos.

Qué dice el Gobierno y qué teme la oposición
El presidente Noboa enmarcó la operación como un paso para identificar y desarticular rutas del narcotráfico y golpear a organizaciones criminales.
Medios como Primicias sostienen que, tras el “No” de ciudadano a bases, el Ejecutivo “se contenta” con los acuerdos vigentes. Acción que abre un conflicto político: hasta dónde llega una operación temporal antes de convertirse en una presencia estructural.
La otra tensión es de legitimidad. AP retrata el referéndum como un revés político a Noboa y un síntoma de preocupaciones sobre estabilidad democrática y enfoque de seguridad.
En ese clima, cualquier paso con Estados Unidos se vuelve explosivo.
Lo que falta por investigar
Para una nota investigativa completa, hay tres datos que hoy siguen opacos y son clave para separar “operación” de “base”:
- Número de efectivos y roles (inteligencia, logística, pilotos, técnicos).
- Duración (fechas de inicio/fin) y condiciones de renovación.
- Infraestructura y control: si habrá áreas exclusivas, cadena de mando, y qué autoridad ecuatoriana supervisa en sitio.
Por ahora, lo verificable es esto: hay personal de Estados Unidos en Manta, pero el marco declarado es temporal y sostenido en acuerdos bilaterales.
El choque político está en si eso respeta el espíritu del “No” ciudadano a bases extranjeras.