Estados Unidos designó esta semana al Clan del Golfo, también conocido como AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia), como Organización Terrorista Extranjera (FTO) y, en paralelo, como Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT).
La decisión quedó formalizada en el Federal Register y fue anunciada por el Departamento de Estado como parte del giro de la administración Trump hacia una “guerra contra carteles” con herramientas típicas del contraterrorismo.
La etiqueta no es simbólica, activa un paquete legal que facilita congelamiento de activos, persecución por “apoyo material” y presión financiera internacional.
En la narrativa política abre margen para discutir acciones más agresivas (aunque la designación por sí sola no autoriza automáticamente el uso de fuerza).

¿De qué país es el Clan del Golfo y cómo se le conoce?
El Clan del Golfo, como se mencionó anteriormente, es colombiano. Su presencia se concentra en corredores estratégicos del norte y occidente del país (zonas de salida al Caribe y al Pacífico).
Según evaluaciones citadas por medios y defensores públicos, tiene influencia en una porción grande de municipios colombianos. En el aviso oficial publicado en Estados Unidos se menciona con varios alias:
- “Banda Criminal de Urabá”
- “Los Urabeños”
- “Clan Úsuga”
- “AGC”
- “Gulf Clan”
Nombres que reflejan su evolución y rebranding a lo largo de los años.
El Clan del Golfo ¿qué negocio tiene y cómo gana dinero?
1) Cocaína: la columna vertebral
Washington fue explícito. Su principal fuente de ingresos es el tráfico de cocaína, que financia su capacidad armada y su expansión territorial.
2) Extorsión, control local y “gobernanza criminal”
Además del narcotráfico, el Clan del Golfo sostiene su poder con extorsiones, control de economías locales, y coerción sobre comunidades.
Esto incluye denuncias de reclutamiento de menores en algunas zonas, según fuentes citadas por el medio AP.
3) Minería ilegal y rentas múltiples
Informes y coberturas internacionales describen un portafolio criminal que incluye minería ilegal (especialmente oro), contrabando y otras rentas.
4) Tráfico de migrantes (Darién) y redes transnacionales
Una pieza clave del “negocio real” (menos visible en comunicados políticos, muy visible en campo) es la economía alrededor de la migración irregular por el Tapón del Darién.
Un reporte de la Global Initiative Against Transnational Organized Crime (GI-TOC) documenta cómo el Clan del Golfo se inserta en cadenas de control, cobro y facilitación del tránsito migrante en esa región.
Cuántos miembros tiene y por qué se le considera “macro-organización”
La cifra que aparece repetida en coberturas recientes, citando evaluaciones oficiales, es de alrededor de 9.000 integrantes, entre combatientes y miembros.
Un tamaño que lo coloca por encima de muchas estructuras criminales tradicionales y más cerca de una lógica “insurgente” en capacidad territorial.
Esa escala también se explica por su modelo de expansión. Según informes del país el Clan del Golfo puede operar con redes subcontratadas o “franquicias” locales que mantienen cierta autonomía, pero trabajan para su economía criminal.

¿Cuál es su origen? raíces paramilitares, posdesmovilización y mutación criminal
Una de las claves para entenderlo es su genealogía. Diversas coberturas describen que el Clan del Golfo evolucionó a partir de estructuras paramilitares y del reacomodo armado posterior a los grandes procesos de desmovilización.
En otras palabras, no nació como un “cartel puro”, sino como un híbrido entre herencia paramilitar, control territorial y economía ilegal.
Ese origen explica por qué, en varias regiones, su poder no es solo “traficar droga”, sino mandar: imponer reglas, resolver disputas, castigar, cobrar, desplazar.
¿Por qué Estados Unidos lo designó como terrorista?
1) La Casa Blanca cambió la caja de herramientas: carteles = terrorismo
El contexto clave es un enfoque formal de política. Un decreto presidencial de enero de 2025 ordenó priorizar designaciones de carteles y redes criminales como (FTO/SDGT) para tratarlos con instrumentos de contraterrorismo.
En ese marco, el Clan del Golfo se convierte en un caso “ideal” para el argumento político:
- Enorme capacidad armada.
- Control territorial.
- Conexión transnacional.
- Violencia sistemática.
2) Hay una lógica “Darién + cocaína + frontera” = crimen que toca a Estados Unidos
La administración Trump está en una fase de guerra contra el narcotráfico donde el foco no es solo la droga, sino las redes logísticas. Es decir, rutas, lavado, puertos, lanchas rápidas, corredores migratorios, etc.
En esa ecuación, el Clan del Golfo aparece como actor central por su papel en cocaína y tráfico/facilitación de migrantes en el eje del Darién.
3) La designación permite perseguir finanzas y aliados (más allá de Colombia)
En la práctica, el estatus FTO/SDGT vuelve más perseguibles a:
- Bancos, empresas fachada, testaferros.
- Redes de contrabando.
- Y cualquier esquema de apoyo logístico o financiero.
También incrementa el costo político para gobiernos que negocian. Justo cuando el Clan del Golfo está en conversaciones con el gobierno colombiano dentro de la agenda de “paz total”, Estados Unidos lo coloca en un marco de “terrorismo”, elevando el riesgo de choque diplomático y de inviabilizar concesiones.
¿Qué cambia ahora? guerra financiera, presión política y riesgo de escalada
En Estados Unidos, la designación activa delitos de apoyo material y aumenta el alcance de sanciones y bloqueos.
En Colombia, golpea el tablero de negociación. El medio Reuters reporta que el gobierno busca un acuerdo con cárcel para líderes y mecanismos de desmovilización, con zonas de concentración desde marzo de 2025. La designación añade tensión sobre extradición y garantías.
En la región, por otro lado, puede convertirse en precedente. Si el “modelo” es tratar carteles como terrorismo, otros grupos similares podrían ser empujados al mismo marco en cadena.
Terrorismo y poder
Llamarlo “terrorista” cambia el lenguaje, pero no cambia el hecho central, el Clan del Golfo es un poder armado con modelo empresarial. No necesita conquistar un palacio para gobernar.
Le basta con controlar rutas, imponer impuestos ilegales y administrar el miedo. La pregunta que deja esta designación no es solo si Washington podrá golpear sus finanzas.
La pregunta incómoda es otra, ¿qué Estado ocupa el territorio cuando el Clan se debilita? Porque en Colombia (y en buena parte de América Latina) el vacío no dura, se llena.
A veces por el Estado. Muchas veces por otro grupo.