Bajo una intensa presión internacional y un ultimátum de Donald Trump que fija este domingo (6 p.m Washington) como fecha límite, Hamás afirmó que acepta negociar la liberación de rehenes como parte de un marco más amplio para detener la guerra en Gaza.
La organización islamista dijo haber entregado su respuesta a los mediadores y mostró apertura a seguir conversando, mientras Washington e Israel presionan por un acuerdo integral.
Negociación de rehenes Hamás- Israel: ¿Qué hay sobre la mesa? (y por qué ahora)
Según Reuters, Hamás acepta parcialmente un plan de 20 puntos impulsado por la Casa Blanca de Trump. Alto el fuego inmediato, intercambio de rehenes por prisioneros, retirada israelí por fases, desarme de Hamás y una administración transicional internacional para Gaza.
Hamás, no obstante, evita pronunciarse con claridad sobre la entrega de armas y la retirada; propone que la gobernanza pase a un organismo tecnocrático palestino con respaldo árabe-islámico.
Trump elevó la presión pública con un plazo perentorio para el domingo y la advertencia de que, si no hay acuerdo, “se desatará todo el infierno” contra Hamás. Israel respalda el plan, y la ONU lo ve como oportunidad humanitaria si facilita un flujo masivo de ayuda.
Movimiento táctico de Hamás: Del “no” a un “sí, pero…”
En paralelo al ultimátum, Hamás comunicó a mediadores (Qatar, Egipto y otros) que está dispuesto a liberar a los rehenes en el marco del acuerdo y que busca más conversaciones sobre puntos sensibles. Reportes regionales señalan que la organización califica de irrealista un plazo de 72 horas para completar todos los pasos, pero no cerró la puerta.
Implicaciones de la decisión. Lo que puede cambiar en días (o romperse en horas)
Ventana para un alto el fuego: una aceptación operativa abriría la pausa más significativa desde el inicio del conflicto actual y permitiría corredores humanitarios supervisados internacionalmente.
Rehenes por prisioneros: el canje se aceleraría, con prioridad a civiles vulnerables. Israel exige verificación estricta y secuenciación por etapas.
Nueva gobernanza en Gaza: la idea de un ente tecnocrático palestino con tutela árabe/internacional reduciría el control directo de Hamás y reconfiguraría el poder local.
Riesgo de choque político: el ultimátum de Trump sube el costo de no acuerdo (amenazas de acción “sin precedentes”); a la vez, plazos rígidos pueden descarrilar detalles técnicos esenciales.
Efecto dominó regional: un pacto validado por Qatar, Egipto y socios árabes podría normalizar la ayuda y bajar la temperatura regional; un fracaso reforzaría posturas maximalistas a ambos lados.
Lo que falta por despejar:
- Secuencia exacta del canje y verificación en terreno.
- Alcance del desarme y fases de retirada israelí.
- Rol y mandato de la administración transicional en Gaza.
- Garantías para que el alto el fuego no sea una pausa táctica sino un puente hacia un arreglo político.
La disposición de Hamás a negociar rehenes bajo presión externa marca un giro que podría salvar vidas en cuestión de días, sin embargo, el reloj político corre más rápido que la logística humanitaria. Si hasta el domingo llega sin un acuerdo funcional, la región podría entrar en una fase más violenta.
Si llega con un pacto viable, se abriría un frágil camino hacia una desescalada sostenida. La pregunta es si los actores clave prefieren un resultado imperfecto inmediato a la espera de “la solución perfecta” que nunca llega.