Robert Redford, el legendario actor, director y fundador del Festival de Sundance, murió hoy a los 89 años en su casa de Sundance, Utah, rodeado de sus seres queridos. Con su partida se cierra el capítulo de una de las voces más influyentes del cine independiente, del activismo ambiental y de una era dorada de Hollywood cuyo eco se sentirá por generaciones.

Robert Redford: De actor a Arquitecto del cine independiente
Charles Robert Redford, nació el 18 de agosto de 1936, en Santa Mónica, California. Se consolidó como un famoso actor estadounidense en Hollywood en los años 60 y 70 con papeles en Butch Cassidy and the Sundance Kid, The Sting y All the President’s Men. Pero su influencia, no solo llegó hasta allí, sino que trascendió la pantalla grande.
Esto, al fundar el Sundance Institute y el Festival de Sundance en 1981, abriendo así una plataforma decisiva para cineastas que no encajaban en el circuito comercial, dando la oportunidad a personajes como Quentin Tarantino y Ava DuVernay. Su trabajo como director también fue notable, especialmente con Ordinary People (1980), que le hizo ganar el Oscar como Mejor director.
Además, películas como A River Runs Through It, Quiz Show, The Horse Whisperer, y The Old Man & the Gun consolidaron su versatilidad artística. Redford no solo fue un artista, fue un activista comprometido. Durante décadas impulsó causas por la protección del medio ambiente, la conservación de los recursos naturales, y las luchas sociales.
Fue miembro de organizaciones como el Natural Resources Defense Council, y su voz pública se alzó en defensa del aire limpio, el agua pura, y la necesidad de responsabilidad frente al cambio climático. Además, su fundación The Redford Center complementó su obra artística, promoviendo documentales y narrativas que visibilizan el daño ambiental y fomentan la conciencia ecológica.
Un retiro digno y una vida en Sundance
Redford se retiró de la actuación tras la película The Old Man & the Gun (2018), aunque siguió siendo activo en el cine como productor y mentor. Vivió en sus montañas de Utah, en Sundance, un lugar que él mismo había ayudado a convertir en símbolo del cine independiente. Según su representante, murió en su casa, en Sundance, durante su sueño.
Reacciones y memoria
Tras su fallecimiento, fluyó una oleada de homenajes. Actores, directores y compañeros de generación recordaron su autenticidad, su estilo sobrio y su mirada comprometida. El Festival de Sundance declaró día de luto y prometió una edición “sensible a su memoria”, preservando su espíritu de apertura.
Asimismo, ambientalistas destacaron que su voz sigue siendo urgente, y que su legado obliga a continuar la lucha contra la crisis climática.
Un legado más allá de las películas
Robert Redford deja legado en múltiples dimensiones. En lo artístico redefinió lo que un actor y creador puede ser: estrella, director, productor, mentor. En lo cultural, gracias al Sundance Institute, muchos cineastas jóvenes encontraron espacio para contar historias diferentes, menos comerciales y más personales.
Su apoyo a causas ambientales y su activismo inspiró políticas, concienciación pública y apadrinó generacionalmente causas ecológicas. Mientras que, en lo social dejó un huello por con su ética de trabajo, coherencia personal y voluntad de usar su fama para dar voz a causas importantes.