El Cártel de los Soles pasó de ser una simple leyenda urbana a convertirse en una red criminal con raíces profundas en la estructura militar venezolana. Esta organización narcoterrorista, respaldada por altos mandos, ha consolidado un poder paralelo al Estado, desdibujando las líneas entre Nación, corrupción y crimen organizado.
Cártel de los Soles: Origen y estructura del fenómeno militar criminal
La etiqueta «Cártel de los Soles» surge en los años 90, cuando generales de la Guardia Nacional, identificados por el sol en sus charreteras, fueron señalados por narcotráfico. Ese símbolo pasó a representar, con ironía letal, el tráfico auspiciado desde dentro de la Fuerza de la Armada Nacional Bolivariana (FANB) durante la época.
Con el fortalecimiento del chavismo, el sistema de corrupción ascendió. Bajo el gobierno de Chávez y Maduro, los militares corruptos dejaron de ser simples receptores de sobornos.
Ellos se convirtieron en diseñadores, protectores y organizadores de rutas de cocaína hacia Europa y los Estados Unidos. Todo esto, empleando puertos, aeropuertos y lanchas rápidas con total impunidad.
Actores y Alianzas internacionales que luchan contra el Cártel
Uno de los actores más visibles en esta lucha contra el narcotráfico es Estados Unidos. El gobierno del presidente, Donald Trump, ha ofrecido mediante voceros recompensas de hasta 50 millones de dólares por información que lleve a la captura de los líderes del cártel.
Según investigaciones de este gobierno, dichos lideres serían Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, dos personajes claves en el poder en Venezuela. Nicolas como presidente del país y Cabello como ministro de Interior, Justicia y Paz.
Las sanciones estadounidenses incluyen la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista, además de un previo congelamiento de activos a Nicolás Maduro por más de 700 millones.
Hasta el momento se sabe que el cártel colabora activamente con disidencias de las Fuerzas Activas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y grupos criminales venezolanos como el Tren de Aragua.
Toda la información recopilada de EE.UU. afirma que Maduro habría facilitado armas y cargamentos de cocaína de las FARC a cambio de dinero y respaldo político a su gobierno.
El Crimen organizado dentro del Estado
Expertos señalan que en Venezuela no se trata de un cártel típico, sino de un sistema de corrupción institucionalizada, donde el ejército es parte del tráfico mismo. Esta red conecta desde soldados rasos que cobran sobornos en la frontera, hasta generales que organizan envíos vía aeropuertos o contenedores en puertos del Caribe.
Varios casos emblemáticos confirman esta dinámica. Por ejemplo, en 2013, se descubrió que guardias nacionales cargaron 1,3 toneladas de cocaína en un avión con destino a París.
En 2014, el exdirector de inteligencia de Venezuela, Hugo Carvajal, fue acusado por narcoactividades. Mientras que, en 2015, familiares de la primera dama fueron detenidos con 800 kg de cocaína en tránsito.
Entorno regional: militarización y presión internacional
Desde la recompensa pública para obtener información de esta organización, EE.UU. ha intensificado la presión militar en Venezuela, desplegó destructores, buques anfibios y cerca de 1.000 tropas en el Caribe para combatir al cártel desde el mar.
Además, por orden de Trump agencias como el Servicio de Seguridad e Inteligencia de los Estado Unidos (FBI) ha reforzado operaciones contra redes vinculadas al cártel dentro de instituciones venezolanas.
Países como Ecuador y Argentina, mostraron su apoyo a Trump, designando a el Cártel de los Soles como grupo terrorista. Una mención que condena a la organización como amenaza transfronteriza.
Ahora sabemos que el Cártel de los Soles es más que narcotráfico, es una estructura paralela al Estado, con poder territorial, político y económico. Por esta razón, su existencia reta a la búsqueda de justicia internacional que ya está a la puerta.